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COMEDIA FAMOSA DE

LA CASA DE LOS CELOS Y SELVAS DE ARDENIA

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Jornada Tercera

 

  Salen Lauso y Corinto, pastores.

 

Lauso En el silencio de la noche, cuando  
  ocupa el dulce sueño a los mortales,  
  la pobre cuenta de mis ricos males

1805

  estoy al cielo y a mi Clori dando.  
  Y, al tiempo cuando el sol se va mostrando,  
  por las rosadas puertas orientales,  
  con gemidos y acentos desiguales  
  voy la antigua querella renovando.

1810

  Y cuando el sol de su estrellado asiento  
  derechos rayos a la tierra envía,  
  el llanto crece, y doblo los gemidos.  
  Vuelve la noche, y vuelvo al triste cuento,  
  y siempre hallo en mi mortal porfía

1815

  al cielo sordo, a Clori sin oídos.  
Corinto ¿Para qué tantas endechas?  
  Lauso amigo, déjalas,  
  pues mientras más dices, más  
  siempre menos te aprovechas.

1820

  Yo tengo el corazón negro  
  por Clori y por sus desdenes;  
  mas, pues no me vienen bienes,  
  ya con los males me alegro.  
  Clori y la nueva pastora,

1825

  ajenas de nuestros males,  
  con voces claras e iguales,  
  venían cantando agora.  
  Al encuentro les salgamos  
  y ayudemos su canticio;

1830

  que tanto llorar es vicio,  
  si bien lo consideramos.  
Lauso ¿Viene Rústico con ellas?  
Corinto No se les quita del lado.  
Lauso ¡Ah pastor afortunado!

1835

  Ni quiero oíllas, ni vellas.  
Corinto Eso ya no puede ser,  
  que veslas, vienen allí;  
  canta por amor de mí.  
Lauso Procúralas de entender.

1840

 

  Entra Clori, cantando, y Rústico con ellas, y Angélica.

 

[Clori] ¡Bien haya quien hizo  
  cadenitas, cadenas;  
  bien haya quien hizo  
  cadenas de amor!  
  ¡Bien haya el acero

1845

  de que se formaron,  
  y los que inventaron  
  amor verdadero!  
  ¡Bien haya el dinero  
  de metal mejor;

1850

  bien haya quien hizo  
  cadenas de amor!  
Lauso ¡Bien haya el amante  
  que a tantos vaivenes,  
  iras y desdenes,

1855

  firme está y constante!  
  Éste se adelante  
  al rico mayor.  
  ¡Bien haya quien hizo  
  cadenas de amor!

1860

 

Rústico ¡Oh, quién supiera cantar!  
Corinto ¿Que no lo sabes, pastor?  
Rústico Ni contralto ni tenor;  
  que estoy para reventar.  
Corinto Mas, ¿va que tienes agallas?

1865

  Muestra: abre bien la boca,  
  que esta cura a mí me toca;  
  abre más, si he de curallas.  
  Ven acá. ¡Mal hayas tú  
  y el padre que te engendró!

1870

Rústico Pues, ¿qué culpa tengo yo?  
Corinto ¡Ofrézcote a Bercebú!  
  ¿Y no has caído en la cuenta  
  de que tenías agallas?  
Rústico Pues, ¿hay más sino sacallas?

1875

Clori Esta burla me contenta;  
  que, puesto que bien le quiero,  
  que le burlen me da gusto.  
Corinto Yo te sacaré, a tu gusto,  
  o cantor o pregonero.

1880

  ¿Tienes algún senojil?  
Rústico Una ligapierna tengo,  
  y buena.  
Corinto Ya me prevengo  
  a hacerte cantor sutil.  
  Aquésta poco aprovecha;

1885

  que, para este menester,  
  izquierda tiene de ser,  
  que no vale la derecha.  
  ¿Qué me darás, y te haré  
  cantor subido y notable?

1890

Rústico En la paga no se hable,  
  que un novillo te daré.  
  La liga izquierda es aquésta:  
  tómala, y pon diligencia  
  en mostrar aquí tu ciencia.

1895

Corinto Dios sabe cuánto me cuesta.  
  Mas con esta liga y lazo  
  saldré muy bien con mi intento.  
Rústico Hacia esta parte las siento.  
Corinto Déjame atar; quita el brazo.

1900

  ¿Con qué voz quieres quedar:  
  tiple, contralto o tenor?  
Rústico Contrabajo es muy mejor.  
Corinto Ese no te ha de faltar  
  Mientras tratares conmigo.

1905

  Ten paciencia, sufre y calla;  
  ya se ha quebrado una agalla.  
Rústico ¡Que me ahogas, enemigo!  
Corinto Contralto quedas, sin duda,  
  que la voz lo manifiesta.

1910

  [...]  
  pues aunn ahora está en muda;  
  a otro estirón que le dé,  
  estará como ha de estar.  
Rústico Ladrón, ¿quiéresme ahogar?  
Corinto No lo sé; mas probaré.

1915

Clori ¡Acaba; la burla baste!  
Rústico ¡A mí semejantes burlas!  
Corinto Rústico, ¿de mí te burlas,  
  que no me pagas y vaste?  
  ¡Pues a fee que has de llevar

1920

  comida y sobrecomida!  
  Todo, amigo, se comida  
  a ayudarme a este cantar:  

 

  Corrido va el abad,  
  por el cañaveral.

1925

  Corrido va el abad,  
  corrido va y muy mohíno,  
  porque, por su desatino,  
  cierto desastre le vino  
  que le hizo caminar

1930

  por el cañaveral.  
  Confiado en que es muy rico,  
  no ha caído en que es borrico;  
  y por aquesto me aplico  
  a decirle este cantar:

1935

  por el cañaveral...  

 

  Parece Reinaldos por la montaña.

 

Lauso La burla ha estado, a lo menos  
  como al sujeto conviene.  
Angélica ¡Otra vez mi muerte viene!  
  ¡Abrid, tierra, vuestros senos

1940

  y encerradme en ellos luego!  
Lauso ¿De qué, pastora, te espantas?  
Angélica ¡A vosotras, tiernas plantas,  
  mi vida o mi muerte entrego!  

 

  Éntrase Angélica huyendo.

 

Clori Lauso, vámonos tras ella,

1945

  a ver qué le ha sucedido.  
Lauso A tu voluntad rendido  
  estoy siempre, ingrata bella.  

 

  Éntra[n]se todos, y quédase Corinto.

 

Corinto Quedar quiero, a ver quién es  
  este pensativo y bravo.

1950

  El ademán yo le alabo;  
  mas, ¿si es paladín francés?  
Reinaldos O le falta al Amor conocimiento,  
  o le sobra crueldad, o no es mi pena  
  igual a la ocasión que me condena

1955

  al género más duro de tormento.  
  Pero si Amor es dios, es argumento  
  que nada ignora, y es razón muy buena  
  que un dios no sea cruel. Pues, ¿quién ordena  
  el terrible dolor que adoro y siento?

1960

  Si digo que es Angélica, no acierto;  
  que tanto mal en tanto bien no cabe,  
  ni me viene del cielo esta rüina.  
  Presto habré de morir, que es lo más cierto;  
  que, al mal de quien la causa no se sabe,

1965

  milagro es acertar la medicina.  
Corinto ¡Ta, ta! De amor viene herido;  
  bien tenemos que hacer.  
Reinaldos ¿Que no quieres parecer,  
  oh bien, por mi mal perdido?

1970

  ¿Has visto, pastor, acaso,  
  por entre aquesta espesura,  
  un milagro de hermosura  
  por quien yo mil muertes paso?  
  ¿Has visto unos ojos bellos

1975

  que dos estrellas semejan,  
  y unos cabellos que dejan,  
  por ser oro, ser cabellos?  
  ¿Has visto, a dicha, una frente  
  como espaciosa ribera,

1980

  y una hilera y otra hilera  
  de ricas perlas de Oriente?  
  Dime si has visto una boca  
  que respira olor sabeo,  
  y unos labios por quien creo

1985

  que el fino coral se apoca.  
  Di si has visto una garganta  
  que es coluna deste cielo,  
  y un blanco pecho de yelo,  
  do su fuego Amor quebranta;

1990

  y unas manos que son hechas  
  a torno de marfil blanco,  
  y un compuesto que es el blanco  
  do Amor despunta sus flechas.  
Corinto ¿Tiene, por dicha, señor,

1995

  ombligo aquesa quimera,  
  o pies de barro, como era  
  la de aquel rey Donosor?  
  Porque, a decirte verdad,  
  no he visto en estas montañas

2000

  cosas tan ricas y estrañas  
  y de tanta calidad.  
  Y fuera muy fácil cosa,  
  si ellas por aquí anduvieran,  
  por invisibles que fueran

2005

  verlas mi vista curiosa.  
  Que una espaciosa ribera,  
  dos estrellas y un tesoro  
  de cabellos, que son oro,  
  ¿dónde esconderse pudiera?

2010

  Y el sabeo olor que dices,  
  ¿no me llevara tras sí?  
  Porque en mi vida sentí  
  romadizo en mis narices.  
  Mas, en fin, decirte quiero

2015

  lo que he hallado, y no ser terco.  
Reinaldos ¿Qué son? Habla.  
Corinto Tres pies de puerco  
  y unas manos de carnero.  
Reinaldos ¡Oh hi de puta, bellaco!;  
  pues, ¿con Reinaldos de burlas?

2020

Corinto De mis donaires y burlas  
  siempre tales premios saco.  

 

  Éntrase huyendo Corinto.
  Suena dentro esta voz de Angélica.

 

Angélica ¡Socorredme, Reinaldos, que me matan!  
  ¡Mira que soy la sin ventura Angélica!  
Reinaldos La voz es ésta de mi amada diosa.

2025

  ¿Adónde estás, tesoro de mi alma,  
  única al mundo en hermosura y gracia?  
  La triste barca del barquero horrendo  
  pasaré por hallarte, y al abismo,  
  cual nuevo Orfeo, bajaré llorando

2030

  y romperé las puertas de diamante.  
Angélica ¡Moriré si te tardas; date prisa!  
Reinaldos ¿Qué camino he de hacer, amada mía?  
  ¿Estás en las entrañas de la tierra,  
  o enciérrante estas peñas en su centro?

2035

  Doquier que estás te buscaré, viviendo,  
  o ya desnudo espíritu sin carne.  

 

  Salen dos Sátiros que traen a Angélica como arrastrando, con un cordel a la garganta.

 

Angélica ¡Socorredme, Reinaldos, que me matan!  
Reinaldos No corráis más; volved, ligeras plantas,  
  que no os va menos que la vida en esto.

2040

  ¡Miserable de mí! ¿Quién me detiene?  
  ¿Quién mis pies ha clavado con la tierra?  
  ¡Verdugos infernales, deteneos!  
  ¡No añudéis el cordel a la garganta,  
  que es basa donde asienta y donde estriba

2045

  el cielo de hermosura sobrehumana!  
  ¡Miserable de mí cien mil vegadas,  
  que no puedo moverme ni dar paso!  
  Canalla infame, ¿para qué os dais prisa  
  a acabar esa vida de mi vida,

2050

  a escurecer el sol que alumbra el mundo?  
  ¡Tate, traidores, que apretáis un cuello  
  adonde el amor forma tales voces,  
  que el mal desmenguan y la gloria aumentan  
  del venturoso que escucharlas puede!

2055

  ¡Oh, que la ahogan! ¡Socorredla, cielos,  
  pues yo no puedo! ¡Oh sátiros lascivos!  
  ¿Cómo tanta belleza no os ablanda?  

 

  Vanse los Sátiros.

 

  Ya dieron fin a su cruel empresa;  
  muerta queda mi vida, muerta queda

2060

  la esperanza que en pie la sostenía:  
  ahora os moveré, pues, sin provecho;  
  otra vez y otras mil soy miserable;  
  ahora, pies, me llevaréis do vea  
  la imagen de la muerte más hermosa

2065

  que vieron ni verán ojos humanos;  
  ¡oh pies, al bien enfermos y al mal sanos!  

 

  Llégase Reinaldos a Angélica.

 

  ¿Es posible que ante mí  
  te mataron, dulce amiga?  
  ¿Y es posible que se diga

2070

  que yo no te socorrí?  
  ¿Que es posible que la muerte  
  ha sido tan atrevida,  
  que acabó tu dulce vida  
  con trance amargo y tan fuerte?

2075

  ¿Y que mi ventura encierra  
  tanta desventura y duelo,  
  que hoy tengo de ver mi cielo  
  puesto debajo la tierra?  
  ¿Qué antropófagos, qué scitas

2080

  contra ti se conjuraron,  
  y qué manos te acabaron  
  sacrílegas y malditas?  
  Sin duda, el infierno todo  
  fue en tan desdichada empresa,

2085

  que así lo afirma y confiesa  
  de tu muerte el triste modo.  
  Mas yo le moveré guerra,  
  si es que me alcanza la vida  
  en tu triste despedida

2090

  para vivir en la tierra.  
  ¿Yo vivir? Démoste agora  
  sepultura, ¡oh ángel bello!,  
  y después me veré en ello  
  cuando se llegue la hora.

2095

  Será de azada esta daga,  
  que abrirá la estrecha fuesa,  
  y daráse en ello priesa,  
  porque ha de hacer otra llaga.  
  Brazo en valor sin segundo,

2100

  trabajad con entereza  
  para enterrar la riqueza  
  mayor que ha tenido el mundo.  
  Vuestro afán, y no mi celo,  
  parece que en esto yerra,

2105

  si he de sacar tanta tierra  
  que venga a cubrir el cielo.  
  La tierra te sea liviana,  
  estremo de la beldad  
  que crió en cualquier edad

2110

  la naturaleza humana.  
  El tesoro desentierra  
  el que halla algún tesoro;  
  mas yo sigo otro decoro,  
  que cubro el mío con tierra.

2115

  Esta parte es concluida;  
  otra falta, y concluiráse,  
  si bien el alma costase,  
  como ha de costar la vida.  
  Otra sepultura esquiva

2120

  abriréis, daga, en mi pecho,  
  con que daréis fin a un hecho  
  que por luengos siglos viva.  
  Mi cuerpo, mi dulce y bella,  
  quede en esta tierra dura

2125

  cual piedra de sepultura,  
  que dice quién yace en ella.  
  ¡Ea, cobarde francés,  
  morid con bríos ufanos,  
  pues no os ataron las manos

2130

  como os ligaron los pies!  

 

  Vase a dar Reinaldos con la daga; sale Malgesí en su mesma figura y detiénele el brazo, diciendo:

 

Malgesí No hagas tal, hermano amado;  
  porque, en este desconcierto,  
  antes que no verte muerto  
  quiero verte enamorado.

2135

  Aquesta enterrada y muerta  
  no es Angélica la bella,  
  sino sombra o imagen della,  
  que su vista desconcierta.  
  Para volverte en tu ser,

2140

  hice aquesta semejanza;  
  que el amor sin esperanza  
  no suele permanecer.  
  Mas, pues es tal tu locura,  
  que aun sin ella perseveras,

2145

  mira, para que no mueras,  
  vacía la sepultura.  
Reinaldos ¿Que estos sobresaltos das  
  al que tienes por hermano?  
  Hechicero, mal cristiano;

2150

  mas tú me lo pagarás.  
  Pues lo sabes, ¿por qué gustas  
  de tratarme deste modo?  
Malgesí Porque te estremas en todo,  
  y a ningún medio te ajustas.

2155

  Ven, y pondréte en la mano  
  a Angélica, y no fingida.  
Reinaldos Seréte toda mi vida  
  humilde, obediente hermano.  

 

  Éntranse todos.
  Suena una trompeta bastarda, lejos, y entran en el teatro Carlomagno y Galalón.

 

Carlomagno ¿Qué trompeta es la que suena?

2160

  ¿Si es acaso otra aventura  
  que nos ponga en desventura,  
  que la otra no fue buena?  
  Bien lo dijo Malgesí;  
  mas yo, incrédulo y cristiano,

2165

  tuve su aviso por vano,  
  y crédito no le di.  
  Otra vez suena. ¿No habrá  
  quien nos avise qué es esto?  
Galalón Yo te lo diré bien presto.

2170

Carlomagno Mejor éste lo dirá.  

 

  Entra un Paje.

 

Paje Por San Dionís han entrado  
  dos apuestos caballeros  
  que parecen forasteros,  
  pero de esfuerzo sobrado:

2175

  uno mayor y robusto,  
  otro mancebo y galán.  
Galalón ¿Dónde llegan?  
Paje Llegarán.  
  Mas miradlos, si os da gusto,  
  que veis do asoman allí.

2180

 

  Entra Marfisa y Bernardo, a caballo.

 

Carlomagno ¡Bravo ademán y valiente!  
Galalón ¡Qué gran número de gente  
  que tra[e]n los dos tras de sí!  
Carlomagno Pondré yo que es desafío.  
Galalón El continente así muestra.

2185

Carlomagno ¿Dónde está agora la diestra  
  de Roldán?  
Galalón ¡Ah, señor mío!  
  ¿Faltan en tu corte iguales  
  a Roldán?  
Carlomagno Yo no lo sé.  
  Calla, que hablan.  
Galalón Sí haré.

2190

Carlomagno Si dijeras desiguales...  
Marfisa Escúchame, Carlomagno,  
  que yo hablaré como alcance  
  mi voz hasta tus orejas,  
  por más que estemos distantes;

2195

  y denme también oídos  
  tus famosos Doce Pares,  
  que yo les daré mis manos  
  cada y cuando que gustaren.  
  Una mujer soy que encierra

2200

  deseos en sí tan grandes,  
  que compiten con el cielo,  
  porque en la tierra no caben.  
  Soy más varón en las obras  
  que mujer en el semblante;

2205

  ciño espada y traigo escudo,  
  huigo a Venus, sigo a Marte;  
  poco me curo de Cristo;  
  de Mahoma no hay hablarme;  
  es mi dios mi brazo solo,

2210

  y mis obras, mis Penates.  
  Fama quiero y honra busco,  
  no entre bailes ni cantares,  
  sino entre acerados petos,  
  entre lanzas y entre alfanjes.

2215

  Y es fama que las que vibran  
  y las que ciñen tus Pares  
  vuelan y cortan más que otras  
  regidas de brazos tales.  
  Por probar si esto es verdad,

2220

  vivo[s] deseos me traen,  
  y a todos los desafío,  
  pero a singular certamen;  
  y, para que no se afrenten  
  de una mujer que esto hace,

2225

  mi nombre quiero decilles:  
  soy Marfisa, y esto baste.  
Bernardo En el padrón de Merlín  
  va Marfisa a aposentarse,  
  donde esperará tres días

2230

  el deseado combate;  
  y si tantos acudieren  
  que no puedan despacharse,  
  ella desde aquí me escoge  
  y elige por su ayudante.

2235

  Soy caballero español  
  de prendas y de linaje,  
  y quizá el mismo deseo  
  de Marfisa aquí me trae.  
  Y entended que el desafío

2240

  ha de ser a todo trance,  
  porque grandes honras deben  
  comprarse a peligros grandes.  
Marfisa Decid que deje Roldán  
  amorosos disparates,

2245

  que con Venus y Cupido  
  se aviene mal el dios Marte.  
  Lo que el español ha dicho  
  lo confirmo; y, porque es tarde  
  y el padrón no está muy cerca,

2250

  el Dios que adoráis os guarde.  
Carlomagno ¿Hay, por dicha, Galalón,  
  en París otros Roldanes?  
  ¿Hay otro alguno que pueda  
  con Reinaldos igualarse?

2255

  Si los hay, ¿cómo han callado,  
  oyendo desafiarse?  
  ¡Oh, mal hubieses, Angélica,  
  que tantos males me haces!  
  Colgados de tu hermosura,

2260

  todos mis valientes traes;  
  solo han dejado a París,  
  solo, por ir a buscarte.  
Galalón Mientras vive Galalón,  
  ninguno podrá agraviarte;

2265

  y mañana con las obras  
  haré mis dichos verdades.  
  Dame licencia, señor,  
  porque al punto vaya a armarme.  
Carlomagno No hay para qué me la pida

2270

  quien es de los Doce Pares.  

 

  Éntranse.
  Entran Ferraguto y Roldán, riñendo, con las espadas desnudas.

 

Roldán Tú le mataste, y fue alevosamente,  
  moro español, sin fe y sin Dios nacido.  
Ferraguto Tu falsa lengua, como falso, miente,  
  y mentirá mil veces, y ha mentido.

2275

Roldán ¿No fue maldad echarle en la corriente  
  del río?  
Ferraguto Muy bien puede del vencido  
  hacer el vencedor lo que quisiere.  
Roldán De tu falso argüir eso se infiere.  
  No te retires, bárbaro arrogante,

2280

  que quiero castigar tu alevosía.  
Ferraguto Si me retiro, fanfarrón de Aglante,  
  el paso sí, la voluntad no es mía.  
  Por Mahoma te juro, y Trivigante,  
  que no sé quién me impele y me desvía

2285

  de tu presencia, ¡oh paladín gallardo!  
Roldán Con ésta acabarás, que ya me tardo.  

 

  Retírase Ferraguto, y, puesto en la tramoya, al tirarle Roldán una estocada, se vuelva la tramoya, y parece en ella Angélica, y Roldán, echándose a los pies della; al punto que se inclina, se vuelve la tramoya, y parece uno de los sátiros, y hállase Roldán abrazado con sus pies.

 

Roldán ¿Qué milagros son éstos, Dios inmenso?  
  ¿Es piedad del Amor ésta que veo?  
  Arrójome a tus pies, y en esto pienso

2290

  que satisfago en todo a mi deseo.  
  Coge, amada enemiga, el fruto y censo  
  que estos labios te dan, y por trofeo  
  ponga Amor en su templo que un Orlando  
  está tus bellas plantas adorando.

2295

  De ámbar pensé, mas no es sino de azufre,  
  el olor que despiden estas plantas.  
  ¿Adónde tanto engaño, Amor, se sufre,  
  o quién puede formar visiones tantas?  
  Ésta veré si esta estocada sufre.

2300

 

  Vuélvese la tramoya, y parece Malgesí en su forma.

 

Malgesí Primo, ¿que no te enmiendas ni te espantas?  
Roldán ¡Oh Malgesí! Hazaña ha sido aquésta  
  que mi amor y tu ciencia manifiesta.  
  Mas, dime: ¿de qué sirven tantas pruebas  
  para ver que estoy loco y que me pierdo,

2305

  sabiendo que el estilo que tú llevas  
  ni le cree ni le admite el hombre cuerdo?  
Malgesí Ven conmigo, Roldán; daréte nuevas  
  de tu bien por tu mal.  
Roldán ¡Oh sabio acuerdo!  
  Llévame, primo, en presuroso vuelo

2310

  deste infierno de ausencia a ver mi cielo.  
Malgesí Arrima las espaldas a esa caña,  
  los ojos cierra y de Jesús te olvida.  
Roldán Grave cosa me pides.  
Malgesí Date maña,  
  que importa a tu contento esta venida.

2315

Roldán ¿Estoy bien puesto?  
Malgesí Bien.  
Roldán Jesús me valga,  
  aunque jamás con esta empresa salga.  

 

  Vuélvese la tramoya con Roldán; salen Bernardo y Marfisa, y suena dentro una trompeta.

 

Bernardo Trompeta y caballos siento,  
  y, según mi parecer,  
  paladín debe de ser

2320

  que viene al padrón contento,  
  y seguro de alcanzar  
  de ti, Marfisa, el trofeo.  
Marfisa A pie viene, a lo que veo.  
Bernardo Pues, ¿quién le hizo apear?

2325

Marfisa Lo que a nosotros. ¿No ves  
  que aquí caballo no llega?  
Bernardo Sin duda, es de la refriega;  
  que me parece francés.  

 

  Entra Galalón, armado de peto y espaldar.

 

Galalón Sálveos Dios, copia dichosa,

2330

  tan bella como valiente.  
Bernardo Dios te salve y te contente.  
Marfisa ¡Salutación enfadosa!  
  Sálveme mi brazo a mí,  
  y conténteme mi fuerza.

2335

Galalón Vuestro desafío me fuerza  
  y mueve a venir aquí.  
Marfisa Dime si eres paladín.  
Galalón Paladín digo que soy.  
Bernardo ¿Partiste de París hoy?

2340

Galalón Anoche.  
Bernardo Pues, ¿a qué fin?  
Galalón No más de a ver si hay qué ver  
  en ti y la bella Marfisa.  
Bernardo Tú te has dado buena prisa.  
Galalón Conviene, porque hay que hacer.

2345

Marfisa ¿Qué tienes que hacer?  
Galalón Venceros  
  y dar a París la vuelta.  
Bernardo Si cual tienes lengua suelta  
  tienes agudos aceros,  
  bien saldrás con tu intención.

2350

  Mas, dime: ¿cómo es tu nombre?  
Galalón Diréoslo, porque os asombre:  
  es mi nombre Galalón,  
  el gran señor de Maganza,  
  de los Doce el escogido.

2355

Bernardo Días ha que yo he sabido  
  que eres una buena lanza,  
  un crisol de la verdad,  
  un abismo de elocuencia,  
  un imposible de ciencia,

2360

  un archivo de lealtad.  
Marfisa Contra la razón te pones,  
  Bernardo, porque la fama  
  por todo el mundo derrama  
  que éste es saco de traiciones,

2365

  y aun enemigo mortal  
  de todos los paladines,  
  malsín sobre los malsines,  
  mentiroso y desleal,  
  y, sobre todo, cobarde.

2370

Galalón A la prueba me remito,  
  y vengamos al conflito,  
  que se va haciendo tarde.  
  Empero, si queréis iros  
  sin comenzar esta empresa,

2375

  yo os juro y hago promesa  
  de eternamente serviros  
  y de no desenvainar  
  en contra vuestra mi espada.  
Bernardo Promesa calificada

2380

  y muy digna de estimar.  
Marfisa Dame la mano, que quiero  
  aceptarte por amigo.  
Galalón Doyla, porque siempre sigo  
  proceder de caballero.

2385

  ¡Cuerpo de quien me parió,  
  que los huesos me quebrantas!  
Marfisa Pues, ¿desto poco te espantas?  
Galalón De menos me espanto yo.  
  De modo vas apretando,

2390

  que se acerca ya mi fin.  
Bernardo ¿Un famoso paladín  
  ansí se ha de estar quejando  
  porque le dé una doncella  
  la mano por gran favor?

2395

Galalón ¿Ésta es doncella? Es furor,  
  es rayo que me atropella,  
  es de mi vida el contraste,  
  pues que ya me la ha quitado.  
Marfisa ¡Por Dios, que se ha desmayado!

2400

Bernardo ¿Cómo, y tanto le apretaste?  
Marfisa La mano le hice pedazos.  
Bernardo ¡Oh desdichado francés!  
Marfisa Quitarle quiero el arnés,  
  pues viene sin guardabrazos,

2405

  y ponerle por trofeo  
  colgado de alguna rama,  
  con un mote que su fama  
  descubra, como deseo.  
  Pero fáltanme instrumentos

2410

  con que ponerlo en efecto.  

 

  Malgesí dice de dentro:

 

Malgesí No faltarán, te prometo,  
  pues sé tus buenos intentos.  
  Esos ministros que envío  
  cumplirán tu voluntad.

2415

Bernardo ¡Oh, qué estraña novedad!  
Marfisa ¿Quién sabe el intento mío?  
  Los versos dicen lo mismo  
  que imaginé en mi intención.  
  ¿Si llevan a Galalón

2420

  estos diablos al abismo?  
Galalón Ya yo entiendo que aquí andas;  
  a ti digo, Malgesí.  
  Di: ¿no hallaste para mí  
  otro coche ni otras andas?

2425

 

  Llévanle los sátiros en brazos a Galalón.

 

Marfisa Di cómo dice el trofeo;
  quizá yo no lo he entendido.
Bernardo Agudo está y escogido.
Marfisa Léelo en voz.
Bernardo En voz lo leo:

 

  Estar tan limpio y terso aqueste acero,

2430

  con la entereza que por todo alcanza,  
  nos dice que es, y es dicho verdadero,  
  del señor de la casa de Maganza.  

 

  Estas selvas está cierto  
  que están llenas de aventuras.

2435

Marfisa Quedado habemos a escuras,  
  por el sol que se ha encubierto;  
  y, entre tanto que él visita  
  los antípodas de abajo,  
  demos al sueño el trabajo

2440

  que el reposo solicita.  
  A esta parte dormiré;  
  tú, Bernardo, duerme a aquélla,  
  hasta que salga la estrella  
  que a Febo guarda la fe.

2445

  Y si en aquestos tres días  
  no vinieren paladines,  
  buscaremos otros fines  
  de más altas bizarrías.  
Bernardo Bien dices, aunque el sosiego

2450

  pocas veces le procuro,  
  con todo, a este peñón duro  
  el sueño y cabeza entrego.  

 

  Échase a dormir.
  Sale por lo hueco del teatro Castilla, con un león en la una mano, y en la otra un castillo.

 

Castilla ¿Duermes, Bernardo amigo,  
  y aun de pesado sueño,

2455

  como el que de cuidados no procede?  
  ¿Huyes de ser testigo  
  de que un estraño dueño  
  tu amada patria sin razón herede?  
  ¿Esto sufrirse puede?

2460

  Advierte que tu tío,  
  contra todo derecho,  
  forma en el casto pecho  
  una opinión, un miedo, un desvarío  
  que le mueve a hacer cosa

2465

  ingrata a ti, infame a mí, y dañosa.  
  Quiere entregarme a Francia,  
  temeroso que, él muerto,  
  en mis despojos no se entregue el moro,  
  y está en esta ignorancia

2470

  de mi valor incierto  
  y dese tuyo sin igual que adoro.  
  No mira que el decoro  
  de animosa y valiente,  
  sin cansancio o desmayo,

2475

  que me infundió Pelayo,  
  he guardado en mi pecho eternament[e],  
  y he de guardar contino,  
  sin que pavor le tuerza su camino.  
  Ven, y con tu presencia

2480

  infundirás un nuevo  
  corazón en los pechos desmayados;  
  curarás la dolencia  
  del rey, que, c[i]ego al cebo  
  de pensamientos en temor fundados,

2485

  sigue vanos cuidados,  
  tan en deshonra mía,  
  que, si tú no me acorres  
  y luego me socorres,  
  huiré la luz del sol, huiré del día,

2490

  y en noche eterna obscura  
  lloraré sin cesar mi desventura.  
  Por oculto camino  
  del centro de la tierra  
  te llevaré, Bernardo, al patrio suelo.

2495

  Ven luego, que el destino  
  propicio tuyo encierra  
  tú en tu brazo tu honra y mi consuelo.  
  Ven, que el benigno Cielo  
  a tu favor se inclina.

2500

  Llevaré a tu escudero  
  por el mismo sendero.  
  Y tú, sin par, que aspiras a divina,  
  procura otras empresas,  
  que es poco lo que en éstas inte[resas].

2505

  Nadie en esta querella  
  batallará contigo,  
  que tras sí se los lleva la hermosura  
  de Angélica la bella,  
  común fiero enemigo

2510

  de los que en esto ponen su ventura.  
  Y está cierta y segura  
  que dentro en pocos años  
  verás estrañas cosas,  
  amargas y gustosas,

2515

  engaños falsos, ciertos desengaños.  
  Y, en tanto, en paz te queda,  
  y así cual lo deseo te suceda.  

 

  Éntrase Castilla con Bernardo por lo hueco del teatro.

 

Marfisa Selvas de encantos llenas,  
  ¿qué es aquesto que veo?

2520

  ¿Qué figuras son éstas que se ofrecen?  
  ¿Son malas o son buenas?  
  Entre creo y no creo,  
  me tienen estas sombras que parecen:  
  admiraciones crecen

2525

  en mí, no ningún miedo.  
  Lleváronme a Bernardo,  
  y aquí sin causa aguardo.  
  Ir quiero a do mostrar mi esfuerzo puedo.  
  Vuelto me he en un instante;

2530

  derecha voy al campo de Agramante.  

 

  Corinto, pastor, y Angélica, como pastora.

 

Corinto Digo que te llevaré,  
  si fuese a cabo del mundo.  
Angélica En tu valor, sin segundo,  
  sé bien que bien me fié.

2535

Corinto Haya güelte, y tú verás  
  si te llevo do quisieres.  
Angélica Mira tú cuánto pudieres,  
  que eso mismo gastarás;  
  que tengo joyas que son

2540

  de valor y parecer.  
Corinto Y, ¿adónde se han de vender?  
Angélica Ahí está la confusión.  
Corinto No reparar en el precio:  
  que, cuando hay necesidad,

2545

  es punto de habilidad  
  dar la cosa a menos precio.  
  Y más, que todo lo allana  
  un buen ingenio cursado.  
  Y, ¿cuándo has determinado

2550

  que partamos?  
Angélica Yo, mañana.  
Corinto Daremos de aquí en Marsella,  
  y allí nos embarcaremos,  
  y el camino tomaremos  
  para España, rica y bella.

2555

  Y, en saliendo del Estrecho,  
  tomar el rumbo a esta mano  
  por el mar profundo y cano  
  que tantas burlas me ha hecho.  
  Digo que si naves hay,

2560

  y en el viento no hay reveses,  
  en menos de trece meses  
  yo te pondré en el Catay.  
  ¿Quieres más?  
Angélica Eso me basta,  
  si así lo ordenase el Cielo.

2565

Corinto Aunque me ves deste pelo,  
  soy marinero de casta,  
  y nado como un atún,  
  y descubro como un lince,  
  y trabajo más que quince,

2570

  y más que veinte, y aún.  
  Pues, en el guardar secreto,  
  haz cuenta que mudo soy.  
  ¿Quieres que nos vamos hoy?  

 

  Entra Reinaldos.

 

Angélica ¡Oh nuevo y terrible aprieto!

2575

  Si éste me conoce, es cierta  
  mi muerte y mi sepultura.  
Corinto Pues encubre tu hermosura,  
  si es que puede estar cubierta.  
  Pero dime: ¿que éste es

2580

  el francés del otro día?  
  ¡Adiós, pastoraza mía,  
  que está mi vida en mis pies!  

 

  Huye Corinto.

 

Angélica No es acertado esperalle;  
  muy mejor será huir.

2585

Reinaldos ¿Sabrásme, amiga, decir,  
  de un rostro, donaire y talle  
  que es, más que humano, divino?  
  Alza el rostro. ¿A qué te encubres,  
  que parece que descubres

2590

  un no sé qué peregrino?  
  Alza a ver. ¡Oh santos cielos!  
  ¿Qué es esto que ven mis ojos?  
  ¡Oh gloria de mis enojos,  
  oh quietud de mis recelos!

2595

  ¿Quién os puso en este traje?  
  ¿Huísos? Pues, ¡vive Dios!,  
  ingrata, que he de ir tras vos  
  hasta que al infierno baje,  
  o hasta que al cielo me encumbre,

2600

  si allá os pensáis esconder;  
  que el tino no he de perder,  
  pues va delante tal lumbre.  

 

  Corre Angélica y entra por una puerta, y Reinaldos tras ella; y, al salir por otra, haya entrado Roldán, y encuentra con ella.

 

Roldán De mi dolor conmovido,  
  te ha puesto el cielo en mis brazos.

2605

Reinaldos Suelta, que te haré pedazos,  
  amante descomedido;  
  suelta, digo, y considera  
  la grosería que haces.  
Roldán ¿Para qué turbas mis paces,

2610

  sombra despiadada y fiera?  
  ¿No ves que esta prenda es mía  
  de razón y de derecho?  
Reinaldos ¡Por Dios, que te pase el pecho!  
Angélica ¡Suerte airada, estrella impía!

2615

Reinaldos ¿Fíaste en ser encantado,  
  que no quieres defenderte?  
Roldán No fío sino en tenerte  
  por un simple enamorado.  
Reinaldos ¡Mataréte, vive el cielo!

2620

Roldán Si puedes, luego me acaba.  
Reinaldos ¿Hay desvergüenza tan brava?  
Roldán ¿Hay tan necio y simple celo?  
Angélica ¿Hay hembra tan sin ventura  
  como yo? Dúdolo, cierto.

2625

  ¡Suelta, cruel, que me has muerto  
  a manos de tu locura!  
Reinaldos ¡Suéltala, digo!  
roldán ¡No quiero!  
Reinaldos ¿Defiéndete, pues!  
Roldán ¡Ni aquesto!  
Reinaldos ¡Loco estás!  
roldán Yo lo confieso,

2630

  aunque de estar cuerdo espero.  
Angélica Divididme en dos pedazos,  
  y repartid por mitad.  
Roldán No parto yo la beldad  
  que tengo puesta en mis brazos.

2635

Reinaldos Dejarla tienes entera,  
  o la vida en estas manos.  
Angélica ¡Oh hambrientos lobos tiranos,  
  cuál tenéis esta cordera!  
  El cielo se viene abajo,

2640

  de mi angustia condolido.  
Roldán ¡Oh salteador atrevido,  
  cuán sin fruto es tu trabajo!  

 

  Descuélgase la nube y cubre a todos tres, que se esconden por lo hueco del teatro; y salen luego el emperador Carlomagno y Galalón, la mano en una banda, lastimada cuando se la apretó Marfisa.

 

Carlomagno ¿Que vencistes a Marfisa?  
Galalón Llegué y vencí todo junto,

2645

  porque yo no pierdo punto  
  si acaso importa la prisa.  
  Maltratóme aquesta mano  
  de un bravo golpe de espada,  
  de que quedó magullada,

2650

  porque fue el golpe de llano.  
Carlomagno ¿Qué se hizo el español?  
Galalón Como vio en mí a toda Francia,  
  se deshizo su arrogancia  
  como las nubes al sol.

2655

  También le dejé vencido.  
Carlomagno ¡Brava hazaña, Galalón!  
Galalón Hazaña de un corazón  
  que es de ti favorecido.  
Carlomagno ¿Quién es éste?  
Galalón Malgesí.

2660

Carlomagno ¡Oh, a qué buen tiempo que viene!  
  Parece que se detiene.  
  ¿Viene armado?  
Galalón Creo que sí.  

 

   

  

Carlomagno Estraña armadura es ésta,  
  ¡oh Malgesí!, caro amigo.

2665

Galalón La ciencia deste enemigo  
  honra y vida y más me cuesta.  
Malgesí Señor, pues sabéis leer,  
  leed aquesta escritura.  
Galalón Mi cobardía se apura

2670

  si más quiero aquí atender.  
  Irme quiero a procurar  
  venganza deste embaidor.  

 

  Entra Galalón.

 

Malgesí Después os diré, señor,  
  cosas que os han de admirar.

2675

Carlomagno ¿Adónde queda Roldán,  
  y adónde queda Reinaldos?  
Malgesí Sacro emperador, miraldos  
  de la manera que están.  

 

  Vuelven a salir Roldán, Reinaldos y Angélica, de la misma manera como se entraron cuando les cubrió la nube.

 

Reinaldos Mi trabajo doy al viento,

2680

  por más que mi fuerza empleo.  
Roldán Reinaldos, no soy Anteo,  
  que me ha de faltar aliento.  
Angélica ¡Cobardes como arrogantes,  
  de tal modo me tratáis,

2685

  que no es posible seáis  
  ni caballeros ni amantes!  
Malgesí Vuelve la vista, emperador supremo;  
  verás el genio de París rompiendo  
  los aires y las nubes, paraninfo

2690

  despachado del cielo en favor tuyo.  
Carlomagno ¡Hermosa vista y novedad es ésta!  

 

  Parece un Ángel en una nube volante.

 

Ángel Préstame, Carlo, atento y grato oído,  
  y escucha del divino acuerdo cuanto  
  tiene en tu daño y gusto estatuido

2695

  allá en las aulas del alcázar santo.  
  Presto estos campos con marcial rüido  
  retumbarán, y con horror y espanto  
  volverá las espaldas la cristiana  
  a la gente agarena y africana.

2700

  En honor de Macón y Trivigante,  
  con torcida y errada fantasía,  
  viste las duras [armas] Agramante,  
  y deja Ferragut a Andalucía.  
  Rodamonte feroz viene delante;

2705

  sus fuertes moros Zaragoza envía,  
  con Marsilio, su rey, y el rey Sobrino,  
  tan prudente, que casi es adivino.  
  Queda Libia desierta, sin un moro;  
  de África quedan solas las mezquitas,

2710

  y todos a una voz tus lirios de oro  
  afrentan con palabras inauditas.  
  Mas tú, guardando el sin igual decoro  
  que guardas en empresas exquisitas,  
  sal al encuentro luego a esta canalla,

2715

  puesto que perderás en la batalla.  
  Pero después la poderosa mano  
  ayudarte de modo determina,  
  que del moro español y el africano  
  seas el miedo y la total rüina.

2720

  Vuelvo con esto al trono soberano,  
  a ver si en tu favor se determina  
  de nuevo alguna cosa, y en un punto  
  tendrás mi vista y el aviso junto.  

 

  Vase.

 

Carlomagno ¡Gracias te doy, Dios inmenso,

2725

  por el aviso y merced!  
Roldán Pues ella cayó en mi red,  
  gozalla, sin duda, pienso.  
Reinaldos ¿Todavía estás en eso?  
Roldán ¿Y tú en eso todavía?

2730

Carlomagno De vuestra loca porfía  
  he de sacar buen suceso,  
  y ha de ser desta manera:  
  aquesta dama llevad,  
  y al momento la entregad

2735

  al gran duque de Baviera,  
  y el que más daño hiciere  
  en el contrario escuadrón,  
  llevará por galardón  
  la prenda que tanto quiere.

2740

Roldán Soy contento.  
Reinaldos Soy contento.  
Roldán ¡Morirán luego a mis manos  
  andaluces y africanos!  
Malgesí ¡Vano saldrá vuestro intento!  
Roldán ¡Despedazaré a Agramante

2745

  y a su ejército en un punto!  
  Cuéntenle ya por difunto.  
Malgesí No te alargues, arrogante,  
  que Dios dispone otra cosa,  
  como en efecto verás.

2750

Roldán ¡Oh Agramante! ¿Dónde estás?  
Reinaldos ¡Por mía cuento esta diosa!  
  Cuando con victoria vuelvas,  
  crecerá tu gusto y fama,  
  que por ahora nos llama

2755

  fin suspenso a nuestras selvas.  

 

  Suenan chirimías, y dase fin a la comedia

 

 

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Última actualización: 16/12/97.