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COMEDIA FAMOSA DEL LABERINTO DE AMOR

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Jornada Tercera

  Salen Manfredo y Julia.

 

Manfredo ¿Que se fue?  
Julia Como lo cuento.  
Manfredo Pues, ¿por qué no la tuviste?  
Julia Porque muy mal se resiste

2035

  un determinado intento.  
  Apenas abrí la puerta,  
  cuando dijo: ``Amigo mío,  
  yo sé que mi desvarío  
  en ninguna cosa acierta.

2040

  No digas al duque nada,  
  pues sé que no ha de importar,  
  y es mejor el acabar  
  con mi muerte esta jornada.  
  ¡Quédate a Dios!'' Y salióse,

2045

  sin podella resistir;  
  y, aunque la quise seguir,  
  al punto desparecióse.  
Manfredo Mucho descuido has tenido.  
  ¿Por dó se fue?  
Julia No sé, a fe.

2050

Manfredo ¿Que es posible que se fue?  
Julia Del modo que he referido.  
  Mas, si no la puedes ver,  
  mejor es que no esté en casa.  
Manfredo ¿No sabes ya lo que pasa?

2055

Julia Más de lo que he menester.  
  [Aparte]. ¡Ay de mí, cómo me veo,  
  puesta en dudosa balanza,  
  esperando la esperanza  
  cuando revive el deseo!

2060

Manfredo ¿Qué es lo que dices?  
Julia No, nada:  
  sólo digo que va tal,  
  que será el fin de su mal  
  acabar desesperada.  
Manfredo En eso echarás de ver,

2065

  Camilo, bien claramente,  
  que apenas hay acidente  
  que sea bueno en la mujer.  
  Quieren do han de aborrecer,  
  vanse de adonde han de estar,

2070

  temen donde han de esperar,  
  esperan do han de temer.  
Julia Pues si la vuelvo a encontrar,  
  ¿quieres, señor, que la diga  
  que te duele su fatiga?

2075

Manfredo A nadie supe engañar;  
  mas dile lo que quisieres,  
  como hagas que la vea.  
Julia De modo haré que así sea,  
  si haces como quien eres.

2080

Manfredo ¿Qué es lo que tengo de hacer?  
Julia Ni reñilla, ni afrentalla,  
  ni al padre suyo envialla.  
Manfredo No sé cómo podrá ser.  
  Sin duda, te dejó el pecho

2085

  blando Julia con su llanto.  
Julia Tanto, que, a entender tú el cuánto,  
  ya la hubieras satisfecho.  
  ¿Lágrimas eran aquellas  
  para no ablandar un canto?

2090

  Y ¿hay cielo que se alce tanto  
  do no alcancen sus querellas?  
  ¡Ah, señor Manfredo!  
Manfredo A fe,  
  Camilo, que estás rendido.  
Julia Tengo el corazón herido

2095

  de lo que en Julia noté.  
  El agradable reposo,  
  las razones tan sentidas,  
  aquellas perlas vertidas  
  por aquel rostro hermoso;

2100

  los desmayos, los temores,  
  la vergüenza y sobresaltos,  
  el darle el corazón saltos,  
  en fin, el morir de amores,  
  con otras cosas que, a vellas

2105

  tú, señor, como las vi,  
  así como han hecho a mí,  
  te ablandaran sus querellas.  
Manfredo Vamos; que, pues ya se fue,  
  no hay della tratarme más;

2110

  mas si vuelve, le dirás...  
Julia ¿Qué?  
Manfredo ¡Por Dios, que no sé qué!  
  Dicen que dejan hablar  
  ya a la presa Rosamira.  
Julia Esa cuerda es la que tira

2115

  de tu gusto y mi pesar.  
Manfredo Y he de procurar, si puedo,  
  hablalla, porque me importa.  
Julia [Aparte.]¡En fin, mi ventura es corta;  
  no hay que esperar en Manfredo!

2120

  Mas, antes que el fin funesto  
  llegue que temo y deseo,  
  yo echaré de mi deseo  
  en la plaza todo el resto.  

 

  Éntranse Julia y Manfredo.
  Sale Rosamira con el vestido y rebozo de Porcia, y Porcia sale con el de Rosamira, con el manto hasta cubrirse todo el rostro.

 

Rosamira Abrázame, y a Dios queda,

2125

  y de mi palabra fía.  
Porcia Advertid, señora mía,  
  que es variable la rüeda  
  de la Fortuna, y que es bien  
  que a la prisión no volváis;

2130

  porque, aunque sin culpa estáis,  
  hasta agora no veo quién  
  os defienda.  
Rosamira Yo haré en eso  
  lo que a entrambas más importe.  
Porcia Dad en vuestras cosas corte

2135

  sin temor de mi suceso:  
  que a mí no me han de matar  
  por hacer tan buena obra,  
  y yo sé que mi alma cobra  
  en ella un bien singular,

2140

  y en que vos no parezcáis  
  está este bien escondido.  
  Idos, que siento rüido.  
Rosamira Yo volveré.  

 

  [Vase.]

 

Porcia No volváis.

 

  Entra el carcelero, en la mano un manto, la mitad de arriba abajo de tafetán negro, y la otra mitad de tafetán verde.

 

Carcelero ¡Vais norabuena, labradora hermosa!

2145

  Si de volver gustáredes, prometo  
  de daros puerta franca a todas horas,  
  y aun a todos aquellos que quisieren  
  comunicar con mi señora.  
Porcia Bueno.  
Carcelero No, sino no le den al delincuente

2150

  procurador, y niéguenle abogado,  
  ciérrenle los caminos y los medios  
  de su defensa, tápenle la boca;  
  quedarse ha a buenas noches de la vida.  
  ¡Oh señora! ¿Aquí estabas? Yo te hacía

2155

  en el otro aposento, donde sueles  
  en ciega obscuridad pasar los días.  
  Orden es de tu padre que te pongas  
  mañana, cuando salgas a la plaza,  
  al triste, temeroso, amargo trance,

2160

  este manto que ves, de dos colores.  
  Ha ordenado también que te acompañen  
  la mitad de su guarda con insignias  
  de dolor y tristeza, y que asimismo  
  vaya la otra mitad de gala y fiesta.

2165

  Al lado izquierdo has de llevar, señora,  
  al verdugo, blandiendo el terso acero,  
  instrumento mortal que te amenace  
  a muerte irreparable si, por dicha,  
  venciere Dagoberto en tu deshonra.

2170

  De verde lauro una corona hermosa  
  al diestro lado ha de llevar un niño,  
  para que del suceso que resulte,  
  alegre o triste, o ya el cuchillo corra  
  por tu bella garganta, o ya tus sienes

2175

  del vitorioso lauro veas ceñidas.  
  Esto vengo a decirte, y no otra cosa.  
  ¿No me respondes? Pues a fe que sabes  
  la voluntad que tengo de servirte,  
  y que, como el soltarte no me pidas,

2180

  porque, en fin, soy leal al señor mío,  
  que no habrá cosa que por ti no haga,  
  y así, una pura voluntad te ofrezco.  
  ¿Qué me respondes?  
Porcia Que te lo agradezco.  

 

  Éntrase Porcia.

 

Carcelero ¡Estraño silencio es éste!

2185

  ¡Mucho me da que pensar!  
  ¡Mas téngola de ayudar,  
  aunque la vida me cueste!  

 

  Entran Anastasio y Cornelio.

 

Cornelio De un mozo no conocido  
  fiarte así, ¿quién tal vio?

2190

Anastasio ¿Pues qué he de hacer?  
Cornelio ¿Qué sé yo?  
Anastasio ¿Hase de ir así vestido?  
Cornelio Con todo, digo que fue  
  error conocido y claro.  
Anastasio A lo hecho no hay reparo.

2195

  Mas, ¿no es éste?  
Cornelio ¿Yo qué sé?  

 

  Sale Rosamira con el embozo.

 

Anastasio Él es. Vengas en buen hora,  
  Rutilio, mi buen amigo.  
Cornelio Tal estás, que afirmo y digo  
  que eres pura labradora.

2200

Anastasio No porque estemos los dos,  
  vaya[s] el caso encubriendo.  
Rosamira Hermanos, yo no os entiendo;  
  dejadme, y andad con Dios,  
  que no soy la que pensáis.

2205

Anastasio No es de Rutilio la habla.  
  ¡Mal mi negocio se entabla!  
  ¿Pues quién sois? ¿Adónde vais?  
  O ¿quién os dio este vestido?  
  Porque le conozco yo.

2210

Rosamira Mi dinero me le dio.  
Anastasio Y el vendedor, ¿quién ha sido?  
  Porque hasta que lo digáis,  
  no habéis de pasar de aquí.  
Rosamira ¡Desventurada de mí;

2215

  mal término es el que usáis!  
  No me quitéis el embozo,  
  porque a fe que os cueste caro.  
Anastasio ¡En amenazas reparo!  
  Venga el vestido, o el mozo.

2220

  ¿Qué dije? Muy mal hablé:  
  este vestido os demando.  

 

  Sale Dagoberto y un Criado suyo.

 

Dagoberto Alza los ojos, mirando  
  si la ves.  
Rosamira Ya me escapé;  
  porque aquéste es Dagoberto,

2225

  a quien yo vengo a buscar.  
Anastasio Pues qué, ¿piénsaste escapar?  
Rosamira Tenga; si no, juro, cierto...  
Dagoberto ¿Qué pendencia es ésta, amigos?  
Rosamira Príncipe, hablarte quisiera

2230

  a solas, si ser pudiera,  
  o no con tantos testigos.  
  Y, para facilitallo,  
  mira quién soy.  

 

  Descúbrese Rosamira a sólo Dagoberto.

 

Dagoberto ¿Qué es aquesto?  
  Amigos, váyanse presto.

2235

Anastasio En gran confusión me hallo:  
  que éste no es Rutil[i]o; no,  
  puesto que trae su vestido.  
Cornelio Algún mal le ha sucedido.  
Anastasio ¿Mal ha de ser?  
Cornelio No sé yo.

2240

Anastasio Yo he de hablar a Rosamira,  
  y della lo he de saber.  
Cornelio A mucho te quiés poner.  
Dagoberto Señora, el verte me admira.  
  ¿Cómo vienes deste modo?

2245

  ¿Quién te puso en este traje?  
[Rosamira] El tiempo, que es corto, ataje  
  el darte cuenta de todo.  
  Sólo vengo a que me lleves  
  luego a Utrino.  
Dagoberto ¿Cómo así?

2250

Rosamira Y lo ordenado hasta aquí,  
  ni lo intentes, ni lo pruebes.  
  No quiero en un cadahalso  
  verme puesta, hecha terrero  
  del vulgo bajo y grosero,

2255

  ni a ti juzgado por falso.  
Dagoberto ¿Tienes más que me decir?  
Rosamira No.  
Dagoberto ¿Ni veniste a otra cosa?  
Rosamira No.  
Dagoberto Mi aldeana hermosa,  
  mal me sabéis persuadir.

2260

  Vamos; que yo daré medio  
  a lo que más nos importe.  
Rosamira Yo no sé otro mejor corte.  
Dagoberto Mil tiene nuestro remedio.  

 

  Éntrase Rosamira, Dagoberto y su criado.
  Salen el carcelero, Manfredo y Julia.

 

Carcelero Señor, yo os pondré con ella;

2265

  y, pues venís por su bien,  
  a los dos nos está bien:  
  a mí, mostralla; a vos, vella.  
  Si la prisión os he abierto,  
  es que me da el corazón

2270

  que tiene poca razón  
  el príncipe Dagoberto.  
  Esperad aquí un poquito;  
  entraré a llamalla yo.  
Manfredo Camilo, vete.  
Carcelero No, no;

2275

  estése aquí el pajecito:  
  que mejor es que haya gente,  
  por carecer de sospechas.  

 

  Éntrase el carcelero.

 

Julia ¡Ay triste, con cuántas flechas  
  me hiere Amor inclemente!

2280

Manfredo ¿Qué dices, Camilo?  
Julia Digo  
  que es Julia muy desdichada.  
Manfredo No anduvo en irse acertada.  
Julia Fue huyendo de su enemigo.  
Manfredo Ésta es la duquesa; calla.

2285

Julia ¡Qué cubierto el rostro tiene!  
Carcelero Digo, señora, que viene  
  a hacer por vos batalla;  

 

  Sale Porcia y el carcelero.

 

  y es de gentil contenencia  
  y de persona despierta.

2290

  Yo me quiero ir a la puerta,  
  por si viene su excelencia.  

 

  Vase el carcelero.

 

Manfredo Aunque de quien sois se infiere  
  y nace seguridad  
  que no os toca la maldad

2295

  que os ahíja el que no os quiere,  
  será bien que vuestra lengua  
  descubra lo que hay en esto,  
  porque su silencio ha puesto  
  a vuestro crédito en mengua.

2300

  Quien lleva en el desafío  
  a la razón de su parte,  
  de hombre tierno, se hace un Marte;  
  de flaco y torpe, con brío.  
  Si estáis sin culpa, no os pene

2305

  que Dagoberto sea tal,  
  que el mundo no le dé igual  
  en cuantos valientes tiene;  
  porque sabed, Rosamira,  
  que los filos de verdad

2310

  cortan con facilidad  
  las armas de la mentira.  
  Y si acaso estáis culpada,  
  y de amor la culpa fue,  
  asimismo probaré

2315

  con el contrario mi espada:  
  que en fe de que él no hizo bien  
  en descubrir lo secreto,  
  de mi vitoria os prometo  
  que os den más de un parabién.

2320

  Y soy persona que puedo  
  prometer esto y aun más.  
  ¿Para qué en silencio estás?  
  Habla: desecha ya el miedo.  
Porcia Esta noche, y no durmiendo,

2325

  porque entre el sueño y mis cuitas  
  nunca el reposo hizo treguas,  
  ni de veras ni de burlas,  
  digo que, estando despierta,  
  desvelada en mis angustias,

2330

  se me ofreció ante mis ojos  
  de ti mesmo una figura.  
  Las razones que aquí has dicho  
  dijo aquel tú, y otras muchas,  
  que todas se encaminaban

2335

  a desear mi ventura.  
  Dijo que le asegurase  
  de mi inocencia o mi culpa,  
  aunque, de cualquier manera,  
  se ofrecía a darme ayuda.

2340

  Yo, sepultada en silencio  
  y con el miedo confusa,  
  hice lengua de los ojos,  
  por tener la lengua muda;  
  con ellos le di a entender

2345

  ser traidor el que me acusa,  
  y que mi silencio nace  
  de considerada astucia.  
  Ya la visión se volvía,  
  cuando vi, sin poner duda,

2350

  entre el sí y el no una sombra;  
  ¿qué digo sombra?, a la luna  
  vi y al sol en dos mej[i]llas  
  de una doncella importuna  
  que, arrodillada a tu imagen,

2355

  tales razones pronuncia:  
  ``Yo soy -dijo-, señor mío,  
  la desventurada Julia,  
  que, cual Clicia, voy siguiendo  
  esa luz del sol y tuya.

2360

  Soy quien te ha entregado el alma  
  con la fe más tierna y pura  
  que vio Amor en cuantos pechos  
  ha rendido a su ley justa.  
  Tú ofreces favor a quien

2365

  ni te quiere ni te escucha,  
  y niegas de dar oídos  
  a quien te sigue aunque huyas.  
  Promete, acorre, defiende,  
  ofrece, trabaja y suda:

2370

  que amor tiene decretado  
  que al fin fin yo he de ser tuya''.  
  A estas sentidas razones  
  acompañaba una lluvia  
  de vivas líquidas perlas,

2375

  correos de su tristura.  
  Tu imagen se le humilló,  
  y aun le dijo: ``Estad segura,  
  señora, que he de ser vuestro,  
  a pesar de la fortuna''.

2380

  Si esto es así, ¿qué me ofreces?  
  ¿Para qué siempre procuras  
  otro bien, si te da el cielo  
  el mayor, dándote a Julia?  
  Mas, ¿con quién hablo, cuitada?

2385

  La misma visión, sin duda,  
  es aquesta que vi anoche,  
  o en muy poquito se muda.  
  Del varón, ésta es la imagen;  
  la de aquéste, la de Julia.

2390

  ¡Oh visiones amorosas,  
  dejadme en mi desventura,  
  idos a buscar verdades,  
  y no os curéis de mis burlas;  
  haced cierto lo que amor

2395

  os da a entender por figuras!  
  ¿No os vais? Por Dios que dé gritos:  
  que mis ojos no acostumbran  
  a ver visiones, aunque éstas  
  más alegran que atribulan.

2400

  ¿No os vais? A fe que dé voces.  
  ¿No hay ninguno que me acuda?  
Manfredo Ya nos vamos; calla un poco.  
  ¡Ella está loca, sin duda!  
Julia Antes parece profeta.

2405

  ¿Quién le ha dicho lo de Julia?  
Manfredo ¡Calla, que su guarda vuelve!  
  ¡El alma llevo confusa!  

 

  Vanse Manfredo y Julia, y entra el carcelero.

 

Carcelero Otro Cipión está abajo,  
  que, si aqueste no os contenta,

2410

  por sacaros desta afrenta,  
  se pondrá en cualquier trabajo.  
  Vestido trae de villano;  
  pero a fe que es caballero:  
  que el lenguaje no es grosero

2415

  y el brío es de cortesano.  
  Dice que os quiere hablar,  
  y yo estoy puesto en que os hable.  
  Hablad más, mostraos afable,  
  que os mata tanto callar.

2420

 

  Vuelve a salir el carcelero.

 

Porcia Si fuese Anastasio... ¡Ay cielos!  
  ¿Qué he de hacer si acaso es él?  
  ¿He de estar muda con él,  
  o hele de decir mis duelos?  
  ¡En gran confusión me veo!

2425

  Ingenio, cielos, ayuda:  
  que no es posible estar muda  
  con tan parlero deseo.  

 

  Entra Anastasio y Cornelio, su criado, y el carcelero.

 

Carcelero Despachad con brevedad,  
  no os suceda algún desmán,

2430

  que estos negocios están  
  de muy mala calidad.  
  Que el silencio desta dama  
  tiene a Novara suspensa,  
  y no imagino en qué piensa

2435

  la que no piensa en su fama.  
  Yo estaré con ojo alerta  
  por algún pequeño espacio,  
  mirando si de palacio  
  alguno llega a esta puerta.

2440

 

  Éntrase el carcelero.

 

Porcia ¿Sois vos Anastasio?  
Anastasio Sí.  
Porcia ¿El que envió este papel?  
Anastasio Señora, yo soy aquel  
  que ha mucho que el alma os di;  
  soy quien por vuestra desgracia

2445

  a más desventuras vino  
  que las que vio en su camino  
  el gran músico de Tracia;  
  soy aquel que alegre piensa,  
  fiado en vuestro valor,

2450

  poner la vida y honor  
  y el alma en vuestra defensa.  
Porcia ¿No leístes la respuesta  
  que os llevó la labradora?  
Anastasio No la he visto más, señora,

2455

  y harto el buscarla me cuesta.  
Porcia Quizá, como forastera,  
  debió de errar la posada.  
  ¡Pues a fe que es avisada,  
  y que os fue buena tercera!

2460

  En efeto, correspondía  
  con justos comedimientos,  
  que vuestros ofrecimientos  
  con el alma agradecía,  
  y que de mi honestidad,

2465

  que ahora la infamia lleva,  
  hiciésedes vos la prueba  
  que os mostrase la verdad.  
  Jurábaos que Dagoberto  
  jamás en dicho o en hecho

2470

  pudo ver cosa en mi pecho  
  que apruebe su desconcierto.  
  En vuestros brazos valientes  
  me resignaba, y ponía  
  en ellos la suerte mía,

2475

  segura de inconvenientes.  
  Ofrecía, finalmente,  
  de tomaros por esposo:  
  señal de que es mentiroso  
  Dagoberto, y yo inocente.

2480

Anastasio ¡Oh dulce fin de mis males  
  y principio de mis bienes,  
  cielo que en la tierra tienes  
  glorias que son sin iguales!  
  Vesme rendido a tus pies;

2485

  dispón a tu voluntad  
  con toda seguridad  
  de cuanto valgo.  
Porcia ¿No ves  
  que soy tuya y que a ti toca  
  disponer de mí a tu gusto?

2490

Anastasio ¡Alma, ahora sí que es justo  
  que os vuelva este gusto loca!  
Cornelio Déjate desas sandeces;  
  haz, señor, lo que has de hacer:  
  que no es tiempo de expender

2495

  el tiempo así todas veces.  
  Recíbela por esposa;  
  acaba, y vamos de aquí.  
Anastasio Señora, ¿queréislo ansí?  
Porcia Sí, y me tengo por dichosa.

2500

Anastasio Pues dadme esa hermosa mano,  
  y tomad mi fe y la mía.  

 

  Danse las manos.

 

Porcia Veisla ahí; que una porfía,  
  cualquier risco vuelve en llano.  
Anastasio Ya, pues, que hasta vuestro cielo

2505

  levantaste mi caída,  
  sed, mi señora, servida  
  de alzar dél el negro velo,  
  para que las luces bellas  
  vea cuyos rayos fueron

2510

  los que han hecho y deshicieron  
  las nubes de mis querellas,  
  y para que, con su llama  
  alentado el corazón,  
  de la esperada quistión

2515

  se prometa triunfo y fama.  
Porcia No verán ojos mortales,  
  destos que vos amáis tanto,  
  levantado el negro manto,  
  ni más alegres señales,

2520

  hasta que mi fama obscura,  
  a pesar de Dagoberto,  
  vuelva por vos a buen puerto  
  limpia, alegre, clara y pura.  
  Y perdonadme, señor,

2525

  negaros la primer cosa  
  que pedís a vuestra esposa.  
  Echad la culpa a mi amor.  
Anastasio Dadme un abrazo siquiera.  
Porcia Eso, de muy buena gana.

2530

Cornelio Vamos, y espere mañana  
  vuestro invierno primavera.  

 

  Vanse Anastasio y Cornelio.

 

Porcia Hasta ahora, en popa el viento  
  lleva mi barca amorosa.  
  ¡Oh Fortuna poderosa,

2535

  condúcela a salvamento!  

 

  Éntrase Porcia.
  Sale Julia con una rica rodela y una espada, todo en la mano; sale también Manfredo.

 

Julia En fin, ¿las armas son éstas  
  que señaló Dagoberto?  
Manfredo Sí, amigo.  
Julia Él está en lo cierto;  
  que son livianas y prestas,

2540

  y él tiene fama de diestro  
  y de ligero además.  

 

  Toma Manfredo la espada y la rodela.

 

Manfredo Muestra, Camilo, y verás  
  cómo soy dellas maestro.  
Julia Pues, ¿con quién te has de probar?

2545

Manfredo Llama al huésped.  
Julia Vesle aquí.  
Güésped ¡Ah, Camilo, pesia mí!  
  Venid, que os ando a buscar  
  más ha de un hora.  
Julia Pues bien,  
  ¿qué hay de nuevo?  
Güésped Que os espera

2550

  vuestra mujer allí fuera.  
Julia ¿Mujer a mí?  
Güésped Y aun de bien,  
  según su traje.  
Julia Imagino  
  que es Julia.  
Manfredo Si Julia es,  
  hazla entrar.  
Julia ¿Qué harás después

2555

  de entrada?  
Manfredo Yo determino  
  de hablarla y ver qué es su intento.  
Julia ¿Y enviarásla do dijiste?  
Manfredo No, por Dios.  
Julia No; que la triste  
  no puede más, según siento.

2560

  ¡Oh, a qué buen tiempo llegaste!  
  Güésped, yo os lo serviré.  
  ¿Y el vestido que ordené?  
Güésped Está donde lo ordenaste.  

 

  Éntrase Julia a vestirse de mujer lo más breve que se pueda.

 

Manfredo Si otra rodela tenéis,

2565

  id por ella, y volved luego.  
Güésped ¿Queréis probar en el juego  
  lo que en las veras haréis?  
Manfredo Sí, amigo.  
Güésped Yo vuelvo presto  
  con una que es de provecho.

2570

 

  Éntrase el huésped.

 

Manfredo El corazón en el pecho  
  me da saltos. ¿Qué es aquesto?  
  Mas, si anuncia que es verdad  
  lo que Rosamira dijo,  
  por vanas cuentas me rijo.

2575

  ¿No tengo yo voluntad?  
  ¿Cómo? ¿Sentidos no tengo?  
  ¿No tengo libre albedrío?  
  ¿Pues qué miedo es éste mío?  
  ¡Mal con mi esfuerzo me avengo!

2580

  ¿Con qué, para que me venza,  
  Julia me ha obligado a mí?  
  Pues no es señal verla aquí  
  de amor, mas de desvergüenza.  
  ¿A dicha, solicitéla?

2585

  ¿Dónde vee ricos despojos?  
  ¿Viéronla jamás mis ojos,  
  o, por ventura, habléla?  
  No, por cierto. ¿Pues qué cargo  
  me puede Julia hacer?

2590

  ¿Que me quiere y es mujer?  
  No me faltará descargo.  

 

  Vuelve a entrar el güésped con una rodela.

 

Güésped Vesla aquí.  
Manfredo Toma tu espada,  
  y vente hacia mí con ella.  
  Muy mejor fuera no vella.

2595

Güésped ¿Qué dices?  
Manfredo No digo nada.  
Güésped ¿Hela de desenvainar?  
Manfredo Poco importa; desenvaina.  
Güésped Más seguro es con la vaina.  
Manfredo ¡Mucho me das que pensar,

2600

  Julia!  
Güésped Mas yo desenvaino.  
  ¿Estoy bien puesto? ¿No entiendes,  
  señor? ¿De qué te suspendes?  
  Si no te ensayas, envaino.  
Manfredo No vella fuera mejor,

2605

  digo otra vez y otras ciento.  
  Vente a mí.  
Güésped ¡Dios ponga tiento  
  en sus manos!  
Manfredo ¡Las de amor  
  son las que me desatientan!  
Güésped ¿Qué es lo que entre dientes hablas?

2610

Manfredo ¡Mal tus negocios entablas,  
  amor, cuando al fin afrentan!  
  Ponte en aquesta postura,  
  la rodela junto al pecho,  
  y parte con pie derecho.

2615

  ¡Estraña desenvoltura  
  ha sido la desta loca!  
Güésped ¿Qué es lo que dices, señor?  
Manfredo ¡A qué locura, oh Amor,  
  tu locura me provoca!

2620

  No hay piloto tan famoso  
  que en tus mares no se ahogue;  
  hieres, amor, como azogue  
  penetrante y bullicioso.  
Güésped Cordura será dejarte,

2625

  mejor sazón aguardando:  
  que estás del Amor tratando,  
  cuando has de tratar de Marte.  
Manfredo Mas quizá no será ella.  
Güésped El temor le desatienta.

2630

Manfredo Si él aquesta treta tienta,  
  bien sé yo la contra della.  
  ¡Válate Dios, la mujer,  
  cuál me tienes sin porqué!  

 

  Entra Tácito.

 

Tácito Señor güésped, oígame,

2635

  que una merced me ha de hacer,  
  y es que me preste su haca  
  para ver el desafío  
  mañana.  
Güésped A la fe, hijo mío,  
  ya no puede andar de flaca.

2640

Tácito No importa: que poco peso  
  y no he de estar mucho en ella.  
Güésped Sobre su espinazo está  
  subido un palmo de hueso.  
Tácito Haréle la silla atrás

2645

  o adelante, si es que importa.  
Güésped ¿No sabéis que es pasicorta,  
  y que es rijosa además?  
Tácito Yo le tiraré del freno  
  y me pondré desviado

2650

  de otras bestias.  
Güésped Hale dado  
  torozón de comer feno.  
Tácito Tendréla yo sin comer  
  dos días, y sanará.  
Güésped Para comer, sana está;

2655

  pero no para correr.  
Tácito ¿Yo corrella? ¡Ni por lumbre!  
Güésped Digo que está ciega y manca.  
[Tácito] Eso no importa una blanca.  
  ¿No sabe ya mi costumbre?

2660

  Que correré sobre un palo,  
  sin pies y manos, si quiero.  
Manfredo ¡Qué gracioso chocarrero!  
Güésped No es el jinete muy malo,  
  que no acaba de entender

2665

  que no la quiero prestar.  
Tácito ¡Acabara yo de hablar!  
Manfredo Y vos de importuno ser.  
Tácito Pues présteme seis reales  
  para alquilar un rocín.

2670

Güésped ¿Yo prestar? ¡Ni aun un cuatrín!  
Tácito ¿Tanto era, pesia mis males?  
  ¿Pedíalo algún chocante  
  o algún mozuelo ordinario,  
  sino un mero bacalario,

2675

  diestro músico estudiante?  
Manfredo Veislos aquí. Andad con Dios,  
  que vuestro donaire fuerza  
  a que os den más.  
Tácito Y esme fuerza,  
  señor, llevar otros dos

2680

  para alquilar un pretal  
  de cascabeles.  
Manfredo Tomad.  
Tácito Vuestra liberalidad  
  es de persona real.  
  ¡Oh, si al pretal se añadieran

2685

  un par de espuelas!  
Manfredo Compraldas.  
Güésped Pedí un puño de esmeraldas.  
Tácito ¿Qué mucho que las pidieran?  
  Tan aína este señor  
  las tuviera aquí a la mano.

2690

Güésped Idos en buen hora, hermano.  
Tácito Prospere el cielo tu honor,  
  y a tu haca dé salud,  
  y a mí gracia de corrella.  
Güésped ¡No echaréis la pierna en ella,

2695

  por vida de Cafalud!,  

 

  Vase Tácito.

 

  que éste es mi nombre.  
Manfredo Camina,  
  que me importa quedar solo.  
Güésped Encubierta trae este Apolo  
  su angélica faz divina.

2700

 

  Vase el güésped y entra Julia muy bien adrezada de mujer, cubierta con su manto hasta los ojos, y pónese de rodillas ante Manfredo.

 

Julia Si no halla en tu valor  
  disculpa mi atrevimiento,  
  en las disculpas no siento  
  que la puede haber mejor;  
  y si no tiempla el rigor

2705

  de tu indignación mi pena,  
  acabaré esta jornada  
  culpada y desesperada,  
  como mi suerte lo ordena.  
Manfredo Levanta, señora mía,

2710

  que esta tu tamaña culpa  
  el deseo la disculpa  
  que en tus entrañas se cría:  
  que de Amor la tiranía  
  a peores cosas fuerza,

2715

  y sé yo por experiencia  
  que no hay hacer resistencia  
  a los golpes de su fuerza.  
  Pues ya Amor me ha descubierto  
  tus pasos, tu intento y celo,

2720

  descúbreme tú ese cielo  
  que traes con nubes cubierto;  
  y si lo ignoras, te advierto  
  que son seguras verdades  
  las que la experiencia apura:

2725

  que es parte la hermosura  
  para mudar voluntades.  
Julia Harélo, como es razón;  
  mas, ¡ay de mí!, que barrunto  
  que ha de llegar en un punto

2730

  mi muerte y tu admiración.  
  No te espante esta visión  
  ni este nunca visto estilo;  
  que el amor que en mí se esmera,  
  de Julia la verdadera

2735

  hizo un fingido Camilo.  
Manfredo Gran desenvoltura es ésta,  
  Camilo, y pensando voy  
  por qué te burlas si estoy  
  más de luto que de fiesta;

2740

  y es cosa muy descompuesta  
  burla de tal proceder  
  en tiempo turbado y triste;  
  y el que de mujer se viste,  
  mucho tiene de mujer.

2745

Julia Julia soy la desdichada,  
  y, entre mi pena crecida,  
  más siento el no ser creída,  
  que siento el ser mal pagada.  
  Como no repara en nada

2750

  aquel que llaman Amor,  
  quiere que sus hechos cante  
  Julia vuelta en estudiante,  
  que primero fue pastor.  
  Soy la que vio Rosamira

2755

  en visión ante tus pies;  
  soy, señor, la que no es  
  en los ojos de tu ira;  
  soy la que de sí se admira,  
  viendo las muchas mudanzas

2760

  que Amor en sus trajes pone,  
  y que en ninguno dispone,  
  el fin de sus esperanzas.  
Manfredo Yo te creo, pues tus ojos  
  no pudieran fingir tanto

2765

  que mostrara[n] con su llanto  
  entregarme tus despojos.  
  Pon ya tregua a tus enojos,  
  Julia hermosa, y ven conmigo:  
  que quizá en estos rodeos

2770

  descubrirán tus deseos  
  que no es Amor tu enemigo.  
  Servirásme de padrino  
  en la batalla que espero:  
  que por gentileza quiero

2775

  ponerme en este camino;  
  y si el cielo y el destino  
  ordenan que yo sea tuyo,  
  no por salir a este trance  
  se ha de borrar este lance,

2780

  y más si yo no le huyo.  
  No te arrodilles; levanta,  
  que eres mi igual, y aun mejor.  

 

  Éntrase Manfredo.

 

Julia De hoy más diré que es, Amor,  
  tu rigor blandura santa;

2785

  ya [a] mi pena se adelanta  
  mi gozo; ya me contemplo,  
  libre del mar de mis penas,  
  colgar, ¡oh Amor!, las cadenas,  
  en los muros de tu templo.

2790

 

  Éntrase Julia.
  Suenan trompetas tristes: sale el duque de Novara con su acompañamiento y dos jueces; siéntase en su trono, que ha de estar cubierto de luto, y dice:

 

Duque Traigan a Rosamira de aquel modo
  que yo tengo ordenado.
Uno Ya ella viene,
  según lo dice el triste son que suena.

 

  Sale Porcia cubierta con el manto que le dio el carcelero, acompañada de la mesma manera que dijo, con la mitad del acompañamiento enlutado y la otra mitad de fiesta; el verdugo al lado izquierdo, desenvainado el cuchillo, y al siniestro, el niño con la corona de laurel; los atambores delante sonando triste y ronco, la mitad de la caja de verde y la otra mitad de negro, que será un estraño espectáculo. Siéntase Porcia, cubierta, en un asiento alto que ha de estar a un lado del teatro, desviado del de su padre; entran asimismo Dagoberto y Rosamira, como peregrinos embozados, [y Tácito.]

 

Duque ¿Cómo no viene Dagoberto? ¿Espera  
  que se le pase el día, pues ya es hora?

2795

Juez Sin duda debe ser éste que viene:  
  que el actor es costumbre se presente  
  antes que el reo en la estacada.  
Duque Es claro.  

 

  Entra Anastasio, y Cornelio por padrino, y Anastasio viene cubierto el rostro con un tafetán; viene con sus atambores; serán los mismos que trujeron a Porcia.

 

  ¿No es éste Dagoberto?  
Anastasio Ni aun quisiera  
  serlo por la mitad de todo el mundo.

2800

Duque ¿Pues quién sois?  
Anastasio Su enemigo, sólo en cuanto  
  lo es de la duquesa Rosamira,  
  cuya defensa tomo yo a mi cargo.  
Duque Yo os lo agradezco.  
Juez Dagoberto tarda.  
Duque Cajas oigo sonar; él es, sin duda.

2805

 

  Entra Manfredo con un tafetán por el rostro; trae a Julia por padrino, que asimesmo viene embozada.

 

Juez Tampoco es éste Dagoberto.  
Duque El talle  
  no nos dice que es él.  
Juez Sin duda, pienso  
  que ha de tener de sobra defensores  
  la duquesa.  
Duque Sepamos quién es éste.  
Juez ¿Quién sois o a qué venís, buen caballero?

2810

Manfredo El saber quién yo sea, importa poco;  
  saber a lo que vengo, sí que importa:  
  a defender a la duquesa vengo.  
Dagoberto ¿Quién serán estos dos?  
Rosamira No los conozco  
  ni sé quién puedan ser.  
Anastasio A mí me toca

2815

  por derecho y razón esa defensa,  
  pues fui el primero que llegué a este punto.  
Tácito Razón tiene el primero, o yo sé poco  
  desto de desafíos y estacadas.  
Juez A la duquesa toca el declararse

2820

  cuál quiere de los dos que la defienda.  
Duque Eso es razón.  
Anastasio Y yo por tal la tengo.  
Manfredo Y yo también: que no me queda cosa  
  por saber de las leyes de la guerra.  
Duque Pregúntenselo, pues, y vea[n] qué dice

2825

  mi hija. ¡Oh nombre dulce, cuando el cielo  
  quiso que sin escrúpulo llegase  
  a mis oídos!  
Juez Id vos, y sabeldo.  
Uno El duque, mi señor, dice, señora,  
  que estos caballeros han venido

2830

  a ser tus defensores, y que escojas  
  cuál quieres de los dos que te defienda.  
Porcia En Dios y en el primero deposito  
  mi agravio, mi inocencia y esperanza.  
Dagoberto ¿Labradora es ésta? Mejor me ayude

2835

  el cielo que la crea. Ya se tarda  
  mi criado.  
Rosamira Confusa estoy, amigo.  
  No sé en qué ha de parar tan grande enredo.  
Juez Bien se oyó lo que dijo; a vos os toca,  
  señor, su defensa.  
Manfredo Tener paciencia

2840

  es lo que más importa en este caso;  
  basta que se ha mostrado al descubierto  
  mi voluntad.  
Duque El cielo así os lo pague  
  como yo os lo agradezco.  
Juez No hay disculpa  
  que pueda disculpar ya la tardanza

2845

  de Dagoberto.  
Duque ¡Mas, que nunca venga!  
Tácito Ciégale, San Antón; quémale un brazo;  
  destróncale un tobillo; nunca acierte  
  a venir a este sitio; salga en palmas  
  nuestra buena duquesa, que es un ángel,

2850

  una paloma duenda, una cordera,  
  que no tiene más hiel que cuatro toros.  

 

  Entra un correo con una carta.

 

Correo Es de tanta importancia este despacho  
  que traigo, ¡oh buen señor!, que me es forzoso  
  dártele aquí; que así me lo mandaron,

2855

  porque es de Dagoberto, y que te importa.  
Duque ¿De Dagoberto? Muestra cómo es esto.  
  ¿Cómo toma la pluma por la espada?  
  ¿Tiempo es éste de cartas?  
Correo No sé nada:  
  ello dirá.  
Juez Vuestra excelencia vea

2860

  lo que la carta dice.  
Duque Así lo hago.  
Dagoberto Parece que se turba el duque.  
Rosamira ¡Ay triste!  
  ¡Cuánto mejor nos fuera habernos ido  
  y esperar desde lejos el suceso  
  deste tan grande enredo y desventura!

2865

  ¡Temblando estoy!  
Tácito ¿Carticas a tal tiempo?  
  Apostaré que no llega esta danza  
  a hacer con las cindojas el tretoque.  
Duque ¿Hay cosa igual? Leed aquesa carta  
  en alta voz, que es bien que la oigan todos.

2870

 

   

 

  Carta
  La presta resolución que tomaste de entregar a Manfredo por esposa a tu hija Rosamira me forzó a usar de la industria de acusalla, por evitar por entonces el peligro de perdella. La mejor señal que te podré dar de que es buena es el haberla yo escogido por mi legítima mujer. Considera, señor, antes que del todo me culpes, que soy tan bueno como Manfredo, y que tu hija escogió lo que quizá tú no le dieras casándola contra su voluntad. Si con ella usare[s] término de piadoso padre, usaré yo contigo el de obediente hijo; aunque, de cualquier manera que me trates lo habré de ser hasta la muerte.
  Tu hijo Dagoberto.
Anastasio ¿Hase visto maldad tan insolente?  
  A no estar seguro deste hecho,  
  ¿saliera Dagoberto fácilmente  
  con el embuste que forjó en su pecho?  
Duque Si esto permite el cielo y lo consiente,

2875

  ¿qué puedo yo hacer? Ello está hecho;  
  gócela en paz.  
Anastasio Aqueso es sin justicia  
  y contra todo estilo de milicia.  
  Según tu bando, mía es Rosamira:  
  porque tú prometiste de entregalla

2880

  por legítima esposa al que la mira  
  pusiese en defendella y libertalla.  
  Lo que el de Utrino dice es gran mentira,  
  y podrá la experiencia averigualla;  
  luego en este momento yo he vencido,

2885

  pues mi contrario al puesto no ha venido,  
  y la escusa que da no es de importancia,  
  porque es todo al revés de lo que cuenta.  
Manfredo Venciste; pero mía es tu ganancia,  
  si aquí al buen proceder se tiene cuenta.

2890

  Si de otro es Rosamira, es ignorancia  
  pensar que ha de ser tuya.  
Anastasio ¡No consienta  
  el Cielo que mi esposa de otro sea!  
Manfredo Esta verdad haré que aquí se vea.  
Anastasio ¿En qué la fundas?  
Manfredo En que soy Manfredo,

2895

  de Rosamira, por concierto, esposo.  
  Que la has librado tú, yo lo concedo,  
  no más de porque yo fui perezoso.  
  Por cuatro pasos, bien decirlo puedo,  
  que llevaste a los míos, fin dichoso

2900

  has alcanzado en la dudosa empresa;  
  mas no por esto es tuya la duquesa:  
  que la razón que así te da el derecho,  
  por primer defensor que llegó al puesto,  
  la turba, según siento, estar ya hecho

2905

  conmigo el casamiento antes de aquesto.  
Porcia ¡Saltando el corazón me está en el pecho!  
Julia ¡Válame Dios! ¿En qué ha de parar esto?  
Rosamira ¿Adónde vas?  
Dagoberto Sosiégate.  
Rosamira Recelo...  
Duque ¿Ha visto caso semejante el suelo?

2910

Anastasio Quedaos, amor, un poco aquí arrimado;  
  venid en su lugar, honra, conmigo.  
  Oye, Manfredo, güésped mal mirado,  
  ladrón de paz y engañador amigo:  
  ¿dó están las ricas prendas que has robado?

2915

  ¿Por qué tan sin porqué, como enemigo,  
  usando en la amistad tan mal decoro,  
  a mi padre robaste su tesoro?  
Manfredo ¿Quién eres?  
Anastasio Anastasio, el heredero  
  de Dorlán, y de Julia único hermano,

2920

  de Porcia primo, por las cuales quiero  
  probar que eres ladrón torpe y villano.  
Manfredo Si como eres valiente caballero  
  fueras más atentado, claro y llano,  
  vieras que esas razones afrentosas

2925

  se fundan en quimeras fabulosas.  
  Yo no robé a tu hermana ni a tu prima;  
  mas de alguna sabrás, como tú hagas  
  que a la quistión primera se dé cima,  
  con que tu gusto al mío satisfagas.

2930

Dagoberto La honra de mi hermana me lastima.  
Rosamira ¿Dónde vas, Dagoberto? No deshagas  
  el buen principio que la suerte muestra  
  de dar buen fin a la desdicha nuestra.  
Dagoberto Sabe que soy Dagoberto,

2935

  Manfredo, y sabe que soy  
  aquel que agraviado estoy  
  de tu infame desconcierto.  
  ¡Dame a mi hermana, traidor,  
  de fe falsa y alevosa!

2940

Manfredo Restituye tú a mi esposa  
  antes el robado honor.  
  No te desmiento, porque  
  de aquí a bien poco verás  
  en el engaño en que estás

2945

  y la bondad de mi fe.  
Anastasio Primo -mas quédese aparte  
  el parentesco hasta ver  
  si del justo proceder  
  os dio el cielo alguna parte-,

2950

  ¿vos decís que es vuestra esposa  
  Rosamira?  
Dagoberto Y es verdad.  
Anastasio ¿Tenéis otra claridad  
  deste hecho no dudosa,  
  como es el decirlo vos?

2955

Dagoberto ¿Bastará que yo lo diga?  
Anastasio ¿Quién duda?  
Dagoberto Pues no se diga  
  más contienda entre los dos  
  ni entre los tres, que yo haré  
  que ella lo declare al punto.

2960

Duque El bien me ha venido junto  
  cuando menos lo pensé.  
  Escoja mi hija, y haga  
  su gusto: que todos tres  
  son iguales.  
Juez Así es.

2965

Manfredo Bien cierta tengo la paga,  
  pues tan de su voluntad  
  se entregaba por mi esposa.  
Anastasio No está mi suerte dudosa,  
  si es que es firme la verdad.

2970

Dagoberto ¡Qué engañados quedarán  
  los dos en este suceso!  
Julia Cerrado está ya el proceso;  
  mirad qué sentencia os dan,  
  corazón. ¡Ay de mí, triste,

2975

  que el miedo crece, y desmengua  
  la esperanza! Callad, lengua,  
  que mal tal, mal se resiste.  
Porcia [Aparte.] ¿Si es tiempo de descubrir  
  la verdad de mi mentira?

2980

Manfredo Señor, manda a Rosamira  
  diga a quién quiere admitir.  
Duque Dígalo en buen hora.  
Porcia Digo  
  que es Anastasio mi esposo.  
Julia ¡Alentad, pecho amoroso!

2985

Rosamira Lo que tú dices desdigo:  
  que Dagoberto es mi bien.  
Anastasio Y vos, señora, mi gloria.  
Manfredo Tragedia ha sido mi historia.  
Julia Aún quedan glorias que os den.

2990

  ¿Tuya no soy, pena vuestra?  

 

  Tome la mano Rosamira a Dagoberto y Anastasio a Porcia, y a este instante se declaren entrambas.

 

Tácito ¿De qué Anastasio se admira?  
Julia Aquélla no es Rosamira.  
Anastasio ¡Ay suerte airada y siniestra!  
  ¿Quién eres?  
Porcia Soy la que quiso

2995

  el Cielo, en todo piadoso,  
  sacarla de un riguroso  
  infierno a tu paraíso;  
  soy la que, en traje mudado,  
  trayendo amor en el pecho,

3000

  procurando tu provecho  
  he mi gusto procurado;  
  soy áquella a quien tú diste  
  de esposa la fe y la mano;  
  soy quien tiene amor ufano

3005

  por ver que no se resiste;  
  soy de Dagoberto hermana  
  y soy tu prima, y soy quien,  
  cuando me falte tu bien  
  no soy más que sombra vana.

3010

Anastasio ¿Dónde está Julia?  
Porcia Señor,  
  yo sé que la verás presto.  
Julia ¿Podré esperar, según esto,  
  blandura de tu rigor?  
  Mira con qué mansedumbre

3015

  Anastasio a Porcia mira;  
  mira que es de Rosamira  
  ya Dagoberto su lumbre;  
  mira que yo sola quedo  
  en los brazos de la muerte,

3020

  si tu clemencia no advierte  
  que soy Julia y tú Manfredo.  
Manfredo Levanta, pues que ya el Cielo  
  tus deseos asegura,  
  gracias a tu hermosura

3025

  y a mi siempre honrado celo.  
  Anastasio, mira agora  
  con gusto y admiración  
  que yo nunca fui ladrón  
  ni de condición traidora.

3030

  Aquésta es Julia, tu hermana,  
  y ésa, tu prima, cual dice,  
  con las cuales nunca hice  
  traición ni fuerza villana.  
  Ellas te dirán después

3035

  del modo que aquí vinieron;  
  basta que el fin consiguieron,  
  y es gusto de su interés.  
  Tu industria y el cielo han hecho  
  que les seamos esposos;

3040

  ellos son lances forzosos;  
  no hay sino hacerles buen pecho.  
  Quien se pudiera quejar  
  de Rosamira era yo;  
  mas si el Cielo esto ordenó...

3045

Anastasio Que paciencia y barajar.  
Dagoberto ¡Oh hermana mía!  
Porcia ¡Oh mi hermano!  
Dagoberto ¡Buenos pasos son aquéstos!  
Porcia Nunca pasos descompuestos  
  ganaron lo que yo gano.

3050

Anastasio Más es tiempo de aliviallas  
  aquéste, que de reñillas.  
Duque Aquéstas son maravillas  
  dignas solas de admirallas.  
Anastasio En fin, mi hermana es tu esposa.

3055

Manfredo Así es.  
Anastasio Y Porcia es mía,  
  si no lo impide y desvía  
  ser mi prima.  
Duque Fácil cosa  
  es haber dispensación  
  en caso tan importante.

3060

Tácito Hoy del campo de Agramante  
  he visto la confusión,  
  y la paz de Otavïano  
  he visto en espacio breve.  
  ¡No hay camino que amor pruebe,

3065

  difícil, que no sea llano!  
Duque Entremos en la ciudad,  
  donde despacio sabremos  
  destos no vistos estremos  
  toda la puntualidad,

3070

  y allí se harán regocijos  
  y desposorios honrosos  
  de los seis tan venturosos  
  que ya los tengo por hijos.  
Tácito Éstas son, ¡oh Amor!, en fin,

3075

  tus disparates y hazañas;  
  y aquí acaban las marañas  
  tuyas, que no tienen fin.  

 

Fin

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Última actualización: 16/12/97.